10 atractivos turísticos de Colombia
9:21 p.m.
Por Javier Leonardo Ramírez C
Si aún esto no es suficiente para convencerlo de visitar el Macizo Colombiano puede complementarlo extendiendo su visita a la colonial ciudad de Popayán, o desviarse por la vía Isnos hasta el parque Arqueológico de San Agustín en el Huila y punto de entrada al macizo. También puede desviar a los hipogeos de Tierradentro, una cultura sin igual que hizo de tumbas subterráneas una obra de arte.
La feria de las flores es otra de las tradiciones insignias del país, que muestra la laboriosidad y creatividad de los cultivadores de flores antioqueños. Cada agosto Medellín se vuelca a ver el desfile silleteros, con sus típicas comparsas realizadas con las mejores flores de la región. Un evento cultural que incluye tambíen eventos de música tradicional, exposiciones de aves y orquídeas, desfile de autos clásicos y antiguos, entre otros.
Con el ánimo de ofrecer un portafolio de diez productos turísticos en Colombia Re-Korridos pone a su disposición los siguientes destinos inventariados así: 2 parques Nacionales Naturales, 2 museos, 2 festivales, 2 destinos de sol y playa y 2 destinos de turismo emergente. La mayoría de ellos son poco frecuentes en al oferta turística tradicional pero se vienen consolidando una modesta infraestrucutra y una oferta de turismo comunitario. La invitación por tanto es a redescubrir una Colombia en paz y dejarse cautivar por su diversidad.
Dos Parques Nacionales Naturales
Si me preguntaran qué lugar no debería dejar de visitar cuando viaje a Colombia no dudaría en decir que el páramo.
El páramo andino es uno de los ecosistemas más singulares en el mundo. Solo se encuentra en las tierras altas de Colombia, Ecuador y en menor medida en Venezuela y el norte del Perú. Su belleza e imponencia contrasta con el reto que supone recorrerlos. El clima variable, el frío, la neblina, el viento impetuoso, la sensación de abandono, los pies mojados al caminar... te lleva a sentirte sobrecogido por la naturaleza en un mar de sentimientos. Lo amas y lo odias a la vez.
Pero descuida. No todo es tan agreste, la mejor época para visitarlo es en la temporada seca. Finales de diciembre a febrero, cuando las nubes son altas y el sol brillante. Aunque el páramo hay que disfrutarlo tanto bajo el sol como bajo la lluvia.
Colombia se debe a sus páramos, pues de allí proviene la mayor parte del agua que se consume o que se usa en la producción de energía. Son ecosistemas con plantas centenarias como los frailejones (Espeletias), que crecen a una tasa de un centímetro por año y literalmente capturan el agua de las nubes. Un espectáculo es ver los frilejones florecidos, pues un manto amarillo cubre la soledad del páramo.
Es el páramo más grande del mundo y el más cercano a Bogotá. En los últimos años se ha consolidado una oferta de rutas por parte de grupos de caminantes y agencias especializadas en turismo de naturaleza. Estas ofrecen caminatas con una duración de un día y un costo promedio de 20 dólares, que incluyen transporte, guianza, paramédico, permisos y seguro de accidentes.
Al menos existen cuatro rutas ya tradicionales a las que se accede por la localidad de Usme. Estas son:
- Cuchillas y Lagunas de Bocagrande: Una sucesión de colinas labradas por el derretimiento de los glaciares, rodeadas por varias lagunas y vegetación característica del páramo.
- Circuito Lagunas de Chizacá, la Caja, la Cajita, Laguna Negra y Laguna Larga.
- Laguna del Alar y los Colorados.
2. Parque Nacional Natural Puracé
Al sur occidente del país se ubica el sobrecogedor Macizo Colombiano, donde nacen las principales arterias fluviales del país y ocurre un fenómeno geográfico que marcó y determinó el paisaje, la cultura e incluso el carácter de los colombianos. Pues allí los Andes se ramifican en tres cordilleras, creando una variedad de altiplanos, valles y tierras altas. Este hecho ha diversificado no solo los paisajes, la fauna y la flora, tambíen las gentes y sus tradiciones.
Por supuesto estamos hablando de un ecosistema de páramo e incluso de nieves perpetuas que abarcan el Parque Nacional del Puracé y el Nevado del Huila.
En el Puracé se puede disfrutar de la Cascada de San Antonio a escasos minutos del pueblo de Puracé. Pero para conocer el parque es posible pernoctar en las cabañas de Parques Nacionales en Pilimbalá administradas por la Guardia indígena, que reclamó sus tierras ancestrales y ahora promueve el turismo comunitario de la zona.
Por tanto podrá recorrer estas tierras de la mano de la guardia indígena y conocer sus tradiciones. Sus tarifas además de módicas son igualitarias. En su noble concepción no entienden porqué se le debería cobrar a un extranjero más costos por entrar al parque, al final todos somos seres humanos, hijos de la Tierra.
Con ellos se puede conocer los cráteres del volcán del Puracé, avistar el ave nacional en la Piedra del Cóndor , llegar hasta la cascada de San Nicolás, conocer el poso de los deseos, el salto del Bedón y la Laguna del Andulbio.
O dejarse sorprender por uno de los paisajes más conmovedores, al que yo llamo el Caño Cristales del páramo. Se trata de las termales de San Juan, un nacimiento de aguas azufradas cuyos colores ha sido dados por los minerales y la vegetación del páramo: azules cristalinos que varían de todo de acuerdo con la profundidad, playas blancas o de tenues rosas , ocres y verdes de los musgos, helechos y bromelias que decoran con detalles los serpenteantes hilos de agua que forman un cauce mayor. Todo el conjunto se puede recorrer a través de puentes de madera.
Si aún esto no es suficiente para convencerlo de visitar el Macizo Colombiano puede complementarlo extendiendo su visita a la colonial ciudad de Popayán, o desviarse por la vía Isnos hasta el parque Arqueológico de San Agustín en el Huila y punto de entrada al macizo. También puede desviar a los hipogeos de Tierradentro, una cultura sin igual que hizo de tumbas subterráneas una obra de arte.
Dos museos.
3. Museo Etnográfico de Leticia
Visitar Leticia en el corazón del Amazonas colombiano ya de por si ofrece una amplia variedad de posibilidades . Se podría pensar: ¿Quien querría quedarse a recorrer un pueblo cuando existe tanto atractivo natural en los alrededores por conocer? Pues bien, a Leticia hay que dedicarle un tiempo. Bien sea para ir al mercado a conocer y probar la variedad de frutas y pescados locales que allí se venden, o bien para disfrutar el espectáculo de miles de loros llegando todos los atardeceres a los árboles del parque principal del pueblo para salir de nuevo al amanecer.
Y otra de las posibilidades en Leticia es visitar el Museo Etnográfico del Banco de la República. Un centro cultural a escasas calles del parque fundacional.
El muso alberga una muestra de las poblaciones que habitan el Amazonas, cuenta con más de 200 objetos de uso ritual y cotidiano de las etnias Ticuna, Uitoto y Yucuna, y una huerta de plantas medicinales y sagradas. Además ofrece visitas guiadas, conservatorios con abuelos indígenas, talleres de cultura material del amazonas , encuentro de maestros, entre otros servicios con entrada gratuita.
4. Museo Mansión Kopp.
Si hay un tema rodeado de misterio y mucha especulación es el de la masonería. Mientras algunos los destacan como una sociedad progresista de librepensadores e impulsores de procesos como la independencia de las Américas, otros en cambio los asocian con peligrosas sectas conspirativas.
Pues bien, uno de los mitos que se debe empezar a develar es el de su hermetismo, puesto que existe en el corazón de Bogotá un museo en la sede de la Gran Logia Masónica Colombiana al que cualquiera que sea respetuoso de la diversidad puede acceder. Aclaro que el adjetivo 'gran' es parte del nombre y no una exaltación mía.
El museo es una pequeña sala en el segundo piso de la Mansión Kopp, una bella casona republicana diseñada por el arquitecto Alberto Manrrique Martín por encargo de los descendientes de Leo Kopp, el industrial alemán fundador de la cervecería Bavaría.
A la casa en la carrera quinta con calle 18 se accede por el estacionamiento de la logia. En los jardines es posible encontrar bustos de varios presidentes colombianos como Eduardo Santos, Alberto Lleras, Tomás Cipriano de Mosquera. Destaca tambíen un busto de José Marti, padre de la nación Cubana y una escultura del profano, un hombre en estado de angustia, semi desnudo, semi calzado, vendado y atado, una alusión a todos los que no hemos visto la luz, es decir a los no iniciados.
En la entrada hay dos leones custodios, uno de los varios símbolos masónicos que estarán presentes en el recorrido. Una vez en el interior cautiva el vitral de la escalera, con símbolos como la escuadra y el compás, el palustre, la bóveda celeste, la espada, las columnas coronadas por granadas con las iniciales J y B en alusión al templo del Rey Salomón , una cadena que representa la unión, el sol y la luna en una dualidad de la luz y la oscuridad, el piso ajedrezado. Toda simbología presente tambíen en el gran Templo de la Logia, que si es de acceso restringido.
La colección se compone de documentos, retratos, atuendos e insignias. Destacan fotos de masones reconocidos , entre ellos el ex presidente peruano Alan Garcia y de sir Robert Baden-Powell, fundador del Movimiento Scout Mundial.
Para finalizar este inquietante recorrido bien podría almorzar en la restaurante de la casa, tambíen abierto al público.
Dos destinos de sol y Playa
5. Nuquí, Chocó. Donde el mar y la selva se abrazan.
Qué mejor introducción para este paraíso que la canción del reconocido grupo ChocQuibTown, que con los sonidos de la marimba propios de la región pacífica amenizan una bonita historia que invita a visitar Nuquí mientras se muestran sus paisajes:
Es uno de esos destinos donde el turismo cultual, natural y etnográfico, se combinan.
Hay muchas excusas para visitar este pueblo en el corazón del Chocó biogeográfico: El avistamiento de ballenas, sus especies únicas de anfibios, la cercanía con el Parque Nacional Utría, sus diversos ecosistemas de mangle, la migración de las tortugas, el avistamiento de aves, la práctica de surf, buceo, canotaje, kayac y escalda, el Festival de la Migración, la diversidad cultural de sus habitantes, sus playas vírgenes rodeadas de selva.
Es además una oportunidad para apoyar el turismo comunitario, las hospedajes sostenible y los guías locales.
6. Isla de Providencia.
Un encuentro con los sonidos isleños, con la gastronomía del caribe, con las tradiciones raizales, las playas de arena blanca y el mar de los siete colores.
Isla de providencia. Foto Mafo Souza CC |
Este terruño de Colombia en un rincón del caribe es otra oportunidad de promover el turismo cultural y comunitario, en un paraíso que ha evitado la sobreexplotación turística para preservar su encanto.
Cautiva la belleza y diversidad de los corales del Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon. Toda la zona además fue declarada como Reserva de la Biosfera Seaflower por la Unesco.
Imperdible visitar caño Cangrejo, una islita de ensueño como sacada de un libro de naufragios. O que tal hacer un romántico paseo por el “puente de los enamorados”, una pasarela en madera que comunica las islas de Providencia y Santa Catalina.
Dos festivales
7. El carnaval de Negros y Blancos en Pasto
Declarado patrimonio inmaterial de la Humanidad es un derroche de color y creatividad. Es un festival literalmente hecho a mano, que se reinventa cada año cuando en enero convoca al pueblo a mostrar su alegría en las calles. Sus monumentales carrozas con variedad de temáticas son fruto de un esmerado trabajo artesanal de los artistas nariñenses.
Laguna Verde. Tuquerres . Foto CC Tapiz de Retazos |
Aproveche la excusa de visitar este carnaval para conocer los paisajes de Nariño, deleitarse con los tonos esmeralda de la Laguna Verde y la impotencia del volcán Azufral en Tuquerres. Dejarse cautivar por los montañas de Silvia e intercambiar saberes con el pueblo Guambiano. Conozca las Termales de Tajumbina con su imponente cascada en una montaña piramidal en el municipio de la Cruz. Visite el volcán Galeras y la Laguna de la Cocha. O dese el viaje hasta el Santuario de la Lajas en Ipiales muy cerca de la frontera con el Ecuador.
8. La Feria de las Flores de Medellín
Foto Luis Perez. CC |
Una oportunidad además para conocer la rica oferta turística de Antioquia, sus tradiciones y sus bellos municipios como Jardín, Jericó, Guatapé y Santafé.
Dos destinos emergentes
9. San José del Guaviare
Los abrigos y formaciones rocosas de San Jose del Guaviare y la Serranía de la Lindosa hacen parte del Escudo Guyanés, una de las formaciones más antiguas de la tierra con hitos geográficos de la talla del salto del ángel en Venezuela. En el Guaviare, el escudo da lugar a imponentes atractivos como la Puerta de Orión, la Ciudad de Piedra, Puentes Naturales, Túneles Naturales, Pozos Naturales, Cascada las Delicias, Caño Rosado, y las montañas rodeadas de selva que acogen las pinturas rupestres de Nuevo Tolima y Cerro Azul.
Todos los atractivos distan de la ciudad entre 15 y 50 kilómetros, ofreciendo la comodidad de volver a la ciudad para descansar. También puede optar por el turismo comunitario. Una opción es la Cooperativa Ecoturística Playa Güío, un ecolodge a 4 kilómetros de la vía principal rodeado de selva, la laguna Negra y los meandros del río Guaviare.
El avistamiento de fauna es uno de los atractivos del Guaviare. Monos, decenas de aves, entre ellas el icónico gallito de las rocas o nado con delfines rosados son algunas de las opciones.
Formaciones rocosas labradas por la erosión del viento y el agua, ríos con plantas acuáticas de tonos rojizos bajo la sombra de las palmas de moriche, túneles naturales o abrigos rocoso en posiciones que desafían la gravedad. Enigmáticas cuevas de murcíelagos, profundos fosos cubiertos por gruesas raíces, puentes naturales o gigantescas lozas que atraviesan de lado a lado el cañón de un río formando un paso natural, pinturas rupestres de gran magnitud y excelente factura hechas por culturas amazónicas hace más de 1.000 años aproximadamente. Todo eso y más es San José del Guaviare. Ver más imágenes
10. Safari Llanero
Hato la Aurora, en paz de Ariporo Casanare, es una de las reservas de la Sociedad Civil más grandes de Colombia con casi 10.000 hectáreas. Está dedicada a preservar la diversa fauna de los llanos, sus morichales, humedales y garceros. Además las tradiciones, narrativas y oficios de la raza llanera.
Permite un auténtico safari en la Orinoquía colombiana, apreciando en su hábitat natural manadas de chigüiros, caimanes del Orinoco, venados, osos palmeros, osos meleros, zorros, anfibios, reptiles y decenas de aves.
El hotel Juan Solito a un margen del río Ariporo es el punto de partida. Ofrece diversidad de actividades como caminatas ecológicas, avistamiento de aves, búsqueda de la anaconda, cabalgata, muestra de las tradiciones y el trabajo llanero, caminata al amanecer, parranda llanera, comida típica, entre otros servicios. Ver más fotos
Bonus. La Macarena
La magia de Caño Cristales ha cautivado al mundo y se consolida como uno de los destinos de mayor proyección en Colombia. Sobresale la organización del pueblo, que ha entendido que preservar su riqueza natural es la mejor inversión para el futuro, por lo que el turismo se hace de forma regulada y controlada. Resalta además que se están mostrando destinos alternativos, como la Laguna del Silencio, Caño Piedra y Caño Canoas. Además se está consolidando una oferta de turismo cultural con espectáculos de música y tradición llanera.
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1 comentarios
Un artículo sesudo y criterioso. Me convence. Gracias
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